Nuestros hijos, los mejor formados intelectualmente desde que España es
España (o, “La Piel de Toro”), que han crecido en un momento histórico donde
tenían a su alcance recursos para su pleno desarrollo, TENDRÁN UNA VIDA MUCHO
MÁS DIFÍCIL Y DURA QUE LA NUESTRA. Estamos sufriendo las consecuencias de
políticas orientadas al DESARROLLO, al PROGRESO, al CRECIMIENTO… conceptos
grandilocuentes fomentados por la desmesurada e imparable codicia de
determinados “grupos”. Al igual que sucede con los RECURSOS NATURALES (son
finitos), le ocurre a la dinámica social: El desarrollo tecnológico es, llegado
un momento, inversamente proporcional a la creación de empleo; esto es obvio,
los constantes avances de la mecánica y la robótica desarrollan tareas y
funciones productivas que ates hacía el hombre. Los voceros del PROGRESO son
incansables…se pasan la vida “bombardeando” a la sociedad, ofreciendo las
bondades de “esta tendencia” pero, como todo (o casi todo) tiene su límite,
llegará el momento que, los productores de “artículos superfluos” e,
incitadores al consumismo, tendrán que “cocinar sus artículos”… “la mano de
obra” está en paro, no tiene recursos económicos que favorezca su cacareado PROGRESO.
Con este panorama, tan poco halagüeño, yo apuesto por el DECRECIMIENTO…
Lo estamos viendo y sufriendo: Dentro de 2 ó 3 décadas (año 2040) mucha
gente emigrará o regresará a los pueblos antes de tener que comerse el
alquitrán, buscar en los cubos de la basura o, los gatos de las ciudades. El futuro de nuestros hijos está en los
pueblos. El € se quedará en paro porque florecerá el “mercado del trueque”…Y
este hecho, favorecerá que las relaciones sociales serán más cercanas, más
próximas a la condición humana, al SER, y no al egoísmo destructivo del TENER.