El trabajo en la ebanistería era bastante duro.Entre otras actividades, el transporte de los muebles los hacíamos con un carro a la casa de los clientes para después montarlos. Eran tres hermanos y un sobrino (el señorito, el listo y el torpe). Posteriormente me enteré que se habían peleado. La empresa desapareció.
Me trasladé a un taller que había en la Avenida del Mediterráneo.Estaba en los sótanos de un edificio y toda la jornada estaban encendidos los flourescentes. No había luz directa natural.
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