viernes, 6 de noviembre de 2009
El Paseo
Eran las 11 horas am, de un día soleado, y me encontraba paseando por los jardines de mi pueblo, cuando llegaron a mis oídos unos sonidos difíciles de interpretar, pero con cierta métrica y musicalidad, emitidos, según discriminé, por un varón. Con "aire" distraido y mirada "bailona", me dirigí hacia el epicentro de este fenómeno hasta que, al girar el seto, me topé con una escena de otros tiempos: Un banco de forja, una señora, con larga y frondosa melena rubia, que ya no cumplirá los 35, sentada en él , con la mirada y atención focalizados en un varón que, a la distancia de unos dos metros y dirigiéndose a ella, rodilla en tierra y cabeza erguida, repetía, cual disco rayado, lo siguiente: ¡¡Cuando estaremos María,/ como los pies del Señor,/ uno encima del otro/ y un clavo entre los dos!!. Seguirá...
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