La sanidad
es… la vida,
La educación
es… el alma,
Los
mercaderes… el cáncer
De este
“cuerpo” que es España.
Para la
vida… cuidados,
Para el
alma… arrumacos,
Para el
cáncer…la guadaña
Que “corte”
estos atracos.
La sanidad
es… la vida,
La educación
es… el alma,
Los
mercaderes… el cáncer
De este
“cuerpo” que es España.
Para la
vida… cuidados,
Para el
alma… arrumacos,
Para el
cáncer…la guadaña
Que “corte”
estos atracos.
Anoche la TV nos ofreció, una vez más, la lucha de gran parte del pueblo alemán contra la energía atómica. Lucha con actitud pacífica, que no les guía la consecución de intereses partidistas, grupales o individuales; es la lucha o defensa contemplando el bien común, velando por la salud y bienestar de toda la sociedad y en contra del mísero egoísmo económico de “unos cuantos”.
En el momento actual, la ciencia ha desarrollado procedimientos (y sigue haciéndolo) que permiten la obtención de energía eléctrica para atender las necesidades de los seres humanos, con métodos o sistemas no contaminantes. Con el descubrimiento de nuevas técnicas aplicadas a la obtención de energía eléctrica, la salud del planeta y de los seres vivos que en el estamos, irá consiguiendo cotas más elevadas.
Por todos, o casi todos, es conocido que Alemania tiene 17 centrales nucleares y que hace tiempo manifestó la voluntad de “apagarlas” en el año 2022. Espero que dicha voluntad no se “tuerza”.
Por tanto, agregando mí granito de arena a ese esfuerzo que está demostrando el pueblo alemán, vaya por delante mi actitud y deseo de:
-NO a la energía nuclear.
-NO a los combustibles fósiles.
-NO a los biocombustibles (la Humanidad necesita alimentarse).
-¡¡¡SÍ A LAS ENERGÍAS “VERDES”, RENOVABLES, LIMPIAS…INAGOTABLES!!!
Llegó el otoño y, lo primero que hizo, es dar la orden para que esas alfombras boscosas fuesen, lentas pero irreversibles, cambiando el color de sus vestidos. Aparecieron las lluvias y borraron la belleza multicolor que nos ofrecía…El bosque nos muestra su desnudez, la savia retrocede para defender y proteger la vitalidad de la planta ante los rigores del gélido invierno…Emerge el mundo de la micología.
Ayer, sin lluvia y con buena temperatura, decidí visitar un pequeño monte, que hay tan solo a unos 12 kilómetros del pueblo donde resido, con el propósito de ejercitar los músculos, respirar un aire más limpio y…con un poco de suerte, encontrar algún ejemplar micológico que permita el disfrute de la vista, olfato y gusto.
Fueron unas tres horas las que pasé haciendo esta actividad y, la sensación que tuve, es que el tiempo se había parado; y no era para menos. Desde el primer momento empecé a dar gracias al monte…Una, otra, otra, total, terminé con la cesta llena y los pies empapados, pero eso sí, feliz; feliz y agradecido a Nuestra Madre, a esa madre que tanto estamos agrediendo y matando… La Madre Naturaleza.
Cuando llegué a casa hice balance de mi “tesoro”: Seis kilos de jóvenes “lepista personata” (pezón o, pie azul), quince ejemplares de “pleurotus eryngii” (seta de cardo) y ocho ejemplares más de “cañaheja”…Mientras hacía balance de mi “trofeo” estaba “sufriendo” lo que se llama digestión cerebral, es decir: “La boca se me hacía agua”.
Nota.- La recogida de setas debe hacerse con cesto y sólo recolectar aquellos ejemplares que se conozcan el 120%. Las equivocaciones o errores se pagan y, en este caso, a un “alto precio”.