miércoles, 9 de enero de 2013

No, no quiero



 No quiero que me invada la nostalgia
De los días y las noches que he vivido,
De las horas y momentos deprimido,
De mi cuerpo atenazado por mialgia.

No quiero ver las nubes como vuelan
Empujadas por los vientos desbocados,
Ni los pueblos destruidos por malvados
Ni las voces humanas que congelan.

Me abruma el silencio de la noche
Cuando el dolor infringido nos destruye,
Cuando la mano poderosa nos “instruye”
Que el camino ya pasado fue un derroche.

Ya no creo en los dioses ni en los hombres,
Ni en palabras que adormecen la conciencia,
Ni en el viento que me azota sin clemencia
Por no aceptar los mensajes que tú nombres.

Sólo tú, manto espacial que me circunda,
Compañero leal de mi existencia,
Me guías por caminos de prudencia
Evitando la semilla no fecunda.

Protegidos mis pies para la marcha
Y enfundado mi cuerpo en grueso manto,
En el camino no andado oigo un llanto
Presagio de los campos con escarcha.

Sepeño (enero/2013)

1 comentario:

Paco Arenas dijo...

Me gusta esta poesía. Me gusta el sentimiento que expresas.